ALIMENTACIÓN
La industria alimentaria está en constante crecimiento; fruto del aumento de la población mundial, del mayor poder adquisitivo y de la evolución en los hábitos de consumo, implicando un incremento en la demanda de alimentos preenvasados.
El suministro de productos frescos a lo largo del año, así como el hecho de distribuirlos a mercados lejanos (por ejemplo, cacao, café, pescado, etc.) implica un importante esfuerzo de toda la cadena productiva, desde el sector agrícola y sus invernaderos, pasando por los correspondientes procesos de transformación industrial, hasta llegar a los refrigeradores del supermercado.
Por tanto, hablar de la industria alimentaria implica hablar de la cadena de frío y de su necesidad para maximizar la eficiencia de sus procesos, optimizando recursos y siendo más sostenibles.
Soluciones a medida pensadas para cada proyecto.
Previsiones precisas para una correcta coordinación.
Productos sometidos a un estricto control de calidad.
Servicio completo, incluimos el transporte hasta su fábrica.
Dentro de este ámbito también encontramos estrictas regulaciones gubernamentales sobre la manipulación, procesamiento y almacenamiento de los alimentos, a menudo relacionados con sanidad y seguridad alimentaria, donde los intercambiadores de calor son esenciales.
Los intercambiadores de calor contribuyen a procesos como la pasteurización y esterilización eliminando patógenos sin afectar negativamente a la calidad de los alimentos como por ejemplo productos lácteos (queso, helado, yogur o mantequilla), a la refrigeración o calentamiento para controlar la temperatura y garantizar la correcta conservación de los alimentos, a la cocción y el tratamiento térmico para obtener un cierto sabor o textura, así como también a la optimización de los recursos con la recuperación del calor y la reutilización de la energía de los procesos.