TRATAMIENTO DE AGUAS
Las plantas de tratamiento de aguas residuales forman parte de un proceso esencial para la gestión sostenible del agua y la preservación del medio ambiente. Estos procesos permiten convertir aguas residuales, que son aquellas que han sido utilizadas en actividades humanas como el uso doméstico, industrial o agrícola, en aguas limpias para liberarlas al medio natural o para reutilizarlas para otros fines.
Las aguas son recogidas con el alcantarillado hasta llegar a las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) que, en función de su capacidad, condicionan el volumen y composición de las aguas residuales industriales que pueden asumir.
Esta combinación de líquidos con residuos suele tener un pH entre 6,7 y 7,5 y se compone por sólidos en suspensión, sedimentables y disueltos, materia orgánica, nitrógeno orgánico, amonio, nitritos, nitratos, fósforo orgánico e inorgánico.
Soluciones a medida especialmente pensadas para cada necesidad.
Cuidamos cada detalle para hacer de los proyectos una realidad.
Productos sometidos a un estricto control de calidad.
Servicio completo, incluimos el transporte hasta su planta.
El proceso de depuración permite reducir e incluso eliminar los contaminantes existentes en el agua consiguiendo dar respuesta a la creciente demanda de agua y mantener los criterios de recuperación y reutilización esenciales para una sociedad respetuosa y consciente de los recursos.
Uno de los diseños más habituales consta de un proceso de desarenador o desengrasante, seguido de la sedimentación primaria donde un tanque decanta los sedimentos que no han quedado retenidos previamente y que en ciertos casos puede ser complementado con químicos. Seguidamente encontramos el tratamiento secundario donde un tanque biológico, biorreactor o digestor, mediante microorganismos, acelera el proceso natural de eliminación de materia orgánica. Finalmente encontramos la sedimentación secundaria en la que observamos los tanques cilíndricos característicos de las plantas de tratamiento de aguas residuales donde se acaba de separar el agua y la biomasa.
Nuestros intercambiadores de calor están presentes en la recuperación del calor y en las transformaciones químicas de estos procesos, así como también en la línea de fangos y lodos que los espesa, estabiliza y deshidrata facilitando su manipulación y disposición final.